23.12.12

A veces tengo que creer que existe una esperanza para no hundirme de todo. Creer, por ejemplo, que te girarás, y me mirarás, y te darás cuenta de que enterrados bajo mi sonrisa están los caminos de sal prueba de mis lágrimas. Creer que mañana no lloverá, que las personas seremos un poco más libres, que el día va a durar un poquito más.
A veces, tengo que creer.

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